
CHIHUAHUA EN LA INVASIÓN DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Durante el siglo XIX, los chihuahuenses enfrentaron diversas batallas en una guerra contra los norteamericanos, quienes después de su propia independencia de Inglaterra, contemplaron la invasión a la Nueva España como política de expansión del gobierno.
En los inicios de lo que sería la Primera Intervención Norteamericana, el gobierno de Estados Unidos creo el ejército del Oeste para materializar sus fines expansionistas hacia el Sur.
Este Ejército estuvo al mando del Coronel Stephen W. Kearny, que tenía fama de arrojado. Este al ocupar Santa Fe y Nuevo México, los declaro parte de los Estados Unidos, después formo tres núcleos, de los cuales uno debería dirigirse hacia California para efectuar su anexión, otro permanecería en Santa Fe y el ultimo, bajo las órdenes del Coronel Alexander W. Doniphan, atacaría Chihuahua.
La guerra fue librada en la jurisdicción del actual ejido de Sacramento, municipio de Chihuahua, la mañana del 28 de marzo del 1847, justo en el año que se registró la batalla de Chapultepec.
El gobernador de Chihuahua, coronel Ángel Trías Álvarez, acordó con los Generales José Antonio Heredia, jefe de la Zona Militara, y Pedro García Conde, comandante de la caballería, organizar a la defensa contra los invasores. Habían organizado una fuerza de jóvenes voluntarios de Chihuahua capaz de detener el avance norteamericano hacía en interior del país. El pueblo puso su desempeño para que las tropas milicianas tuvieran lo más indispensable ya que tenían pocos efectivos y armamento.
Los soldados de línea, totalizaban casi dos mil elementos, marcharon hacia el rancho de Sacramento, se ubicaron en una ceja que domina la llanura que se extiende al norte, donde el rio del mismo nombre cruzaba con el Camino Real.
La posición mexicana se encontraba cerrando el paso, obligando al enemigo a encontrarse de frente a ellos, los chihuahuenses habían ejecutado algunas obras de defensa ara apoyar en ellas su acción. Mientras los americanos se formaron en plena llanura con caballería al frente.
Al llegar la caballería norteamericana al mando del Coronel Alexander Doniphan, se detuvieron momentáneamente, reconocieron el terreno, formaron cuatro columnas y desplazaron las unidades hacia uno de los flancos para preparar el ataque. Al ver esto, en General Heredia ordeno que la Caballería se moviera en forma paralela a las fuerzas norteamericanas, quienes al darse cuenta hicieron alto; emplazaron su Artillería y comenzaron a hacer fuego ocasionando muchos estragos en las filas mexicanas, que al ver los grandes claros que las granadas hacían en ellos se dispersaron, inquietando con esto a la Infantería que también se desorganizo.
Los jefes chihuahuenses lograron restablecer la línea de batalla, que nuevamente fue desecha por los enemigos, en virtud de que la artillería fue movida de los lugares en donde estaba apoyado sin orden del general en jefe. En vano los jefes y oficiales mexicanos iban de un lugar a otro para evitar la desbandada, pero sus esfuerzos fueron vanos; teniendo que retirarse a sus trincheras con los heridos.
Una tras otra fueron cayendo las posiciones mexicanas; sin embargo, la caballería del Coronel Trías efectuó varias cargas desesperadas que estuvieron a un paso de lograr su objetivo, pero los artilleros norteamericanos al mando del Capitán Richard B. Weightman lograron pasar el rio y se apoderaron de una pieza de artillería e hicieron fuego contra los lanceros casi a quemarropa, terminado así la resistencia mexicana.
Los invasores tuvieron unas 40 bajas, los compatriotas mexicanos registraron alrededor de 200 muertos así como algunos heridos y trece prisioneros. El Gobernador de Chihuahua, Trías Álvarez junto con los Generales Heredia y García Conde, se reconcentraron a Rosales y de ahí se trasladaron a Hidalgo del Parral, en donde se estableció de manera temporal el Gobierno Local. Los poderes regresaron a la Capital hasta el 14 de agosto del 1848.



INTERVENCION FRANCESA
El pretexto para invadir México fue la suspensión de pagos a la deuda exterior por dos años, a mediados de 1861.
Junto con Francia, España e Inglaterra acordaron obligar al gobierno del entonces presidente Juárez a cumplir con sus compromisos económicos y enviaron sus ejércitos al puerto de Veracruz para lograr su objetivo.
Ante la situación, el presidente Juárez ordenó el levantamiento de la Guardia Nacional y señaló a cada estado la cantidad de hombres que debían aportar para la defensa de la patria.
A Chihuahua le correspondieron dos mil hombres que comenzaron a prepararse una vez dada la orden presidencial, mientras Benito Juárez tuvo que comenzar su peregrinar junto con su gobierno para proteger los poderes de la nación y llegar a esta capital el doce de octubre de 1864.
Los franceses penetraron a la ciudad de Chihuahua por primera vez el 13 de agosto de 1865 aunque en territorio estatal estaban desde el 22 de noviembre anterior (de 1864), cuando arribaron al municipio de Coronado.
El ejército invasor entró a la capital al mando del comandante Tourdais y dos días más tarde, el 15 de agosto, lo hizo el general Brincourt que estaba a cargo de la misión para ocupar Chihuahua.
Lo primero que hizo Brincourt al estar en esta ciudad fue dirigirse a la iglesia parroquial en acción de gracias por su obra.
Cuando esto ocurrió el presidente Juárez ya había dejado esta ciudad y se había dirigido al Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez) para protegerse del invasor.
La comitiva presidencial había emigrado de la ciudad de Chihuahua desde el día cinco, anterior a la entrada de los franceses.
El entonces gobernador del Estado, general Manuel Ojinaga, también salió de la ciudad de Chihuahua con dirección al occidente, para el primero de septiembre acuartelarse en Arisiachi, donde murió de un balazo en el estómago al siguiente día a manos del enemigo que le tendió una trampa para asesinarlo.
Mientras tanto en la capital, el general Brincourt ya había organizado en la ciudad de Chihuahua el régimen imperialista y entre otras cosas aprobó la instalación del Ayuntamiento encargado de la ahora Prefectura Imperial.
Brincourt recibió la orden de abandonar Chihuahua y el 29 de octubre de 1865 salió con dirección a Durango.


